
Nace el niño en un portal, nace la Paz. La Paz del Padre Celestial, la esencia, como algo inalcanzable, se hace carne. Carne que le prestó la joven doncella de Nazaret. Una hija de hombre y mujer, que
dotó de Humanidad al hijo del Hombre, le prestó su cara, su cuerpo, su mirada, su gesto, y desde el primer instante, en aquella cueva, en aquel primer beso de una madre a su hijo, comenzó a enseñarle todo lo mejor que la humanidad puede llegar a ser...En esa primera caricia, en esa primera mirada, María que es Misericordia, comenzó a transmitir al príncipe de la Paz,
el amor por y para todos los hombres y mujeres, le enseñó a entregarse de todo corazón a los desdichados, a dar de comer al hambriento, a enseñar al que no sabe, a perdonar, a visitar al enfermo….
Y todo comenzó en ese primer beso, por tanto bien vale que se adornen las calles, que nos felicitemos, que se pare el mundo si hace falta, y hacer sonreír al triste y al enfermo, dar de comer al que lo necesita, parar guerras, aunque sea una solo sea una semana un día o una noche, porque ninguna fiesta de invierno, ningún solsticio de invierno o de verano puede dar tanto a la humanidad como ese primer beso, en aquella cueva entre María y su Hijo.
Hoy 18 de Diciembre
10 Aniversario Bendición Ntra. Sra. de la Misericordia.
Foto: Haretón.